Hay regalos preciosos…

Hace años conocí a un personaje realmente brillante, su nombre Arquímedes lo hacía todavía más destacable. Un hombre lleno de ideales, comprometido y entusiasta que contagiaba con su mirada brillante, su sonrisa socarrona y su alma libre. Cuando abandonó su profesión como diseñador gráfico me regaló unos libros de segunda mano, me dijo únicamente -por si te fuesen útiles!

Cuando los abrí encontré su nombre borrado con una línea de trazo firme y debajo el nombre con el que siempre me llamaba , María Luminosa.

Hoy, buscando inspiración para un bordado, recordé vivamente a Arqui y me cuesta encontrar en mi memoria un regalo más emotivo y precioso.

Mi pequeño homenaje a un gran hombre.
¿Quieres compartir este artículo?

Deja un comentario

Artículo añadido al carrito.
0 artículos - 0,00 

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del usuario a través de su navegación.